El informe de investigación señala que con la desaceleración del crecimiento de la población y la madurez de las economías en desarrollo, el crecimiento de la demanda agregada global de productos básicos puede disminuir y la demanda de algunos productos puede aumentar. Además, la transición a la energía limpia puede ser un desafío. La construcción de la infraestructura de energía renovable y la producción de vehículos eléctricos requieren tipos específicos de metales, y es probable que la demanda de estos metales aumente en las próximas décadas, aumentando los precios y generando enormes beneficios para los países exportadores. Aunque la energía renovable se ha convertido en la energía de menor costo en muchos países, los combustibles fósiles seguirán siendo atractivos, especialmente en países con abundantes reservas. A corto plazo, debido a la inversión insuficiente en tecnologías bajas en carbono, la relación de demanda de suministro de los productos energéticos aún puede ser mayor que el suministro, por lo que el precio seguirá siendo alto.